Acabo de leer el libro de Naomi Aldort, aquel que tiene el título en castellano que nunca me recuerdo, pero ya sabéis: Como educar sin... no me acuerdo... sin castigos, gritos, amenazas, o algo así. En fin. Solo puedo subrayarlo como recomendación fundamental a cualquier padre, de hecho estoy poniendo una presión no muy sutil a mi marido para que lo lea.
Quería comentar una cosa que quizá ya habéis experimentado o reflexionado con vuestros hijos. Cuando mi hijo llora encuentra un confort insustituible en el pecho (como habrá pasado con todos vuestros hijos me imagino). Mi hijo tiene casi 2 años y medio y pasamos casi todo el tiempo juntos. Esto quiere decir que casi nunca ha tenido la "oportunidad" de llorar hasta la saciedad por ningún disgusto - siempre me ha tenido a mano y aunque no me apresuro en lo más mínimo en distraerle de su llanto ni de rebajar la importancia del mismo, él mismo en seguida se pone al pecho y las lágrimas se cesan en el acto. Normal.
¿Estoy quitándole alguna experiencia importante? ¿Dejándole cojo emocionalmente? ¿Os habéis hecho la misma pregunta en algún momento? Quería destetar este verano, pero con la mudanza todo su mundo se ha desestabilizado y no pienso empezar todavía.
Cualquier comentario al respecto está bienvenido.
Saludos, Amber
Comentarios
te podría contar mil cosas, pero ahora no puedo. a ver si esta noche. tampoco he leído este libro pero sé de que está hablando. Solo decite que hay mucha razón en eso que cuentas, pero no tiene que ver con que tu destetes a tu niño. El se destetará solo y sin traumas, solo hay que estar atento a una cosa o dos. espero poder seguir luego...
Entiendo que la decisión de destetar era "por el bien del niño", (para que no se tapone la boca cuando quiere llorar o "expresar sus emociones") no porque no quieras seguir, Amber ¿es así?
Pero volviendo a la cuestión que se me plantea cada vez que llora y me busca casi con urgencia para encontrar alivio como sea, es como si le estuviera ofreciendo una distracción cada vez, cualquier cosa para que no sintiera ningún dolor. Sé que es complicado, que no sabemos (por lo menos yo no sé) porqué los niños necesitan tomar el pecho, o más concretamente, porqué el mío necesita tomar tanto, y quizá deba simplemente confiar en que si me busca, será por algo.
Me estoy hablando en círculos.
Menos mal que se ha despertado y que vamos a jugar un rato y no pensar. ¡Hasta ahora!
Yo me plantee seriamente el tema, y por ahora lo que hago es cuando se frustra, nunca le ofrezco la teta, pero si el la pide se la doy. En mi caso, Mario dejaba de estar frustrado por lo que fuera y se ponía a gritar con que no le daba teta, distrayendolo de su frustración principal.
Ahora, cuando se frustra, llora y grita, viene a por un chupito, aveces y sigue llorando y gritando por lo que estaba frustrado.
Yo lo único que puedo decirte es que decidas en funcion de lo que es mejor para vosotros.
Besos
A nuestro peque su madre le da pecho siempre que lo pide, y sí, muchas veces busca sólo consuelo. Tiene 27 meses.
El tema de fondo para mí no es el pecho sí o el pecho no en esas circunstancias (evidentemente, pues no soy yo quien lo da y lo ofrece): mi pareja también dice sentir a veces "estar tapándole la boca con la teta", cosa que a mí no me parece exacta. Lo cierto es que el tema del pecho es algo muy difícil y muy personal, son decisiones que atañen fundamentalmente a las madres y su relación con sus crías. La opción de mi pareja en este caso, a día de hoy, es que el peque se destete de forma "natural". Pero evidentemente esta decisión es revocable y no hay garantías de que sea la mejor ni la única acertada (lo es en este momento para nosotros).
Pero permitidme que aporte una reflexión, más bien una duda.
En mi opinión permitir o incluso invitar a un niño o niña a expresar su frustración no es lo mismo que propiciar u obligarle a hacerlo. Recuerdo un vídeo de Carlos González en el que decía algo así como "¿No hay que poner límites? pues yo pongo el mío, si lloras, te consuelo, vamos hombre no te voy a dejar llorar así sin más" a mi me parece puro sentido común.
El problema para mí es abordar la cuestión desde la complacencia; ¿qué sentido tiene la expresión de sentimientos como la frustración, el malestar y el dolor, si no es encontrar la compasión, consuelo y ayuda del otro para aliviar el mal? He leído libros y artículos que defienden vehementemente que a los niños y niñas hay que dejarles llorar, que el llanto es terapéutico. El problema es que 'dejar' es algo polisémico, por un lado es permitir, pero por el otro también abandonar, ¿a qué nos estamos refiriendo aquí? Me parece que en un sentido es acertado, pero en ese sentido de dejar no implica que no hagamos lo que sea, que nos desvivamos incluso, para, sin negar en ningún momento el sentimiento, lo aliviemos y logremos su extinción; en el otro sentido, evidentemente, si obramos de esa manera estariamos privando a los pequeños de algo fundamental.
Me parece que aquí nos damos de bruces con una decisión fundamental ¿Cómo lo veis?
Yo también soy de las que reacciono naturalmente para paliar, y sí creo que es una reacción natural. Solo que algunas veces sí es cierto que hagas lo que hagas (validar sentimientos, etc, estilo N.Aldort) se llora desconsoladamente y punto, y poco queda más que sentarse a un lado para estar ahí (yo creo que va en función de la edad y circunstancia). Yo he visto a mis mayores, de repente darle muchisima importancia a un detalle pequeño, y al terminar la descarga (con llanto, con arrebato, o con lo que sea) reconocer abiertamente que estaban llorando por algo que "había quedado en la recámara", y no tenía que ver con lo que acababa de ocurrir.
Recuerdo hace un par de meses, mi mayor (8 años, casi 9), que al volver de una acampada se quedó dormido en el coche. Le desperté con todo el cariño del mundo, después de descargar el coche, para ofrecerle que su padre le llevaría en brazos al sofá o a la cama, y podía seguir durmiendo. Así yo podría aparcar el coche en el garaje. De repente se puso como un basilisco, a gritar y de muy malos modos, diciéndonos que no se bajaría del coche por nada del mundo. Ahí me estuve con él más de veinte minutos, intentando hacerle razonar, hablandole de que era normal que no se quisiera bajar del coche, que estaba muy cansado, que lo entendía, etc. ofreciéndole mil alternativas, y cada vez se ponía peor. El padre ya se desesperaba y quería intervenir sacándole sin contemplaciones. No le dejé, y seguí estando allí, con él, y toda la paciencia del mundo. En un momento determinado, al fín, después de vociferar, de protestar, de llorar, etc, me confesó que estaba muy enfadado porque durante la acampada le habíamos convencido para no ir a jugar un partido de fútbol amistoso con su equipo, porque eso significaba hacer madrugar a toda la familia y marcharnos del camping dónde estábamos en la gloria, para jugar a más de una hora de coche... En el momento, se lo pedimos por favor, que no fuera, y aceptó, pero en su interior le quedó pendiente el cabreo... así somos, de simples y de complicados. Lo único que nos queda es el cultivo de la paciencia, compañeiros, con nosotros mismos y con los nuestros... (vaya chapa que me ha salido, jajaja).
Yo observo que en los periodos de cambios los niños se aferran mas a la teta y eso debe ser algo lógico, no son momentos para grandes decisiones, quien mejor sabe lo que necesita es el niño, me imagino.
Tu por supuesto puedes destetar por la logistica, y ya está, pero no será porque es "mejor para el niño", sino mejor para la madre, eso, creo, mejor tenerlo claro.
En los libros de Aletha Solter hay mucha información valiosa, que nos enfrentan a los padres con nuestro propio pasado, aunque personalemente no creo que solo "sabiendo" eso podemos solucionar mucho, hay un trabajo de fondo que no se puede evitar.
Muy de acuerdo con Marta. Situaciones así se nos ofrecen cada día, solo es cuestión de saber verlas y saber interpretar algunos hechos. Es mucho más sencillo ejercer la autoridad, decirle al niño que le toca hacer lo que se le dice, y pasar de su rabieta quitandole importancia: "ya se le pasará".
Eso, aunque no parezca, tiene mucho que ver con el periodo primal y sobre todo el de la lactancia.
Vale, sí, como apunta Topito, que el fin de esta expresión de los sentimientos es buscar el consuelo, ¿pero eso es equivalente a tener que mamar o ser acunado? ¿no podría ser que busquen a alguien que les comprenda y abrace y escuche simplemente SIN DISTRAER, con todo su tiempo del mundo?
¿no podría ser como me pasa mi que desahogar el malestar pudiendo comunicarlo ya tenga su función de consuelo?
Acompañar en lo agradable da mucha satisfacción, pero acompañar en las tristezas y frustraciones frustra y entristece, por lo menos me pasa a mi y tengo que tener claro la realidad, ahora incluso puedo acompañar en silencio sin sentirme obligada a dar razones, explicaciones, justificar nada. Pero no ha sido fácil. En eso me ayudó un montón Aletha Solter, y a pesar de la mala fama que tiene en España (con el contrincante de Carlos Gonzales no es nada raro) para mi ha sido la tabla de salvación.
Al menos se basa en algo probado con métodos cientificos, da DATOS, de acuerdo que intenta encajarlos en su idea de crianza, pero ¿no es eso algo normal que hacemos todos?
No sé si tiene razón en todo: la edad del destete, las técnicas, los trucos que propone, no lo sé. Y como no lo sé y no puedo estar segura, nunca pude DECIDIR no amamantar al niño cuando lo pedía, pero aún así reconozco que sus observaciones sobre los niños amamantados siempre, incluso en sustitución de otras necesidades "no nutritivas" (tras las caídas, los sustos etc ) me cuadraron 100%.
Lo que sé, porque nos ha pasado un millon de veces es que "la galleta rota" existe y si tratamos a nuestro hijo como a un ser humano no podemos faltarle respeto acallando su llanto. No es que el llanto sea terapeutico y "buenisimo" , lo mejor es que no se de, que no haya situciones como miedo, susto, abandono, pero si el niño llega a vivir una de las situaciones dramáticas en su vida debemos acompañarle hasta que se solucione, no quitarle importancia, no distraerlo, no ponerse a agitarlo, a moverlo (como se ve por todos lados). Eso de distraer, en mi opinión, es muy dañíno.
Nosotros siempre en situaciones duras nos hemos acordado de eso y vemos que funciona. Por ejemplo,Axel ha pasado por un ataque de perros el año pasado. Fue bastante dramático, no solo por las pequeñas heridas, también y sobre todo por el susto y lo atrapado y desprotegido que se sintió a pesar de estar con su padre. Lloró y gritó desconsoladamente, no le hemos interrumpido, solo le hemos apoyado en su derecho a hacerlo (a pesar de perder los modales). Los de la casa intentaron distraerlo prometiendo actividades chulas, regañaron a los perros, le hablaban un montón intentando que dejara de llorar y que no era tan grave. El pidió salir de este sitio (un lugar precioso, casa de amigos en un bosque donde hemos quedado a desayunar tras años de no vernos) y nosotros con este desayuno en la mesa, nos hemos despedido y nos hemos ido enseguida. De camino aún lloraba, muuucho, estaba enfadado, estaba rabioso, odiaba a los perro y sus dueños, lo decía con las peores palabras.
Cuando llegó a casa ya estaba bien. se puso a jugar con el perrito de la casa, jugó y rió toda la tarde, no le preocupa hablar del tema ni ver fotos del lugar, a veces se pone tenso cuando perros grandes como aquellos se ponen a juguetear cerca, y no quiere saber nada de playas donde los perros andan sueltos, pero ni de lejos tiene trauma con los perros como otros niños que conozco a quienes le pasaron cosas menores con los canes y siguen teniendo pesadillas.
Acompañar es muy dificil a veces, es mucho mas fácil meterle la teta en la boca (o darle su doudou, un chupete, algo de comer etc...). Conocí niños que no querían ser llevados en brazos, niños con pesadillas, que necesitan luz para dormir, niños que se alejaban cuando estaban contrariados, niños que no lloraban ni cuando se daban un golpe fuerte. (Axel siempre anima a su amigos a llorar en situaciones así y lo toman por loco, pero el está muy seguro de eso que el llanto o grito alivia el dolor y descarga de las hormonas de estres. Porque ¿adonde van estas hormonas si no se llora?) Estos niños en realidad no molestaban a nadie y sin embargo no es un comportamiento natural de la cría humana y habría que ver el porque de todo eso. Yo solo cuento con mi propia experiencia y esa es la que puedo compartir. Mi hijo con 3 o 4 años mamaba aún como un recién nacido: 8 o más veces al día, se dormía en la teta, casi casi no sabía estar abrazado a mi sin mamar, la proximidad física le inducía siempre la succión. No se si era bueno o malo, natural o no, yo solo pensaba que el sabría mejor que yo lo que necesitaba y no pude hacer otra cosa que facilitarselo. Lo contrario sería negarle algo que el sentía necesario, alejarlo de la complacencia y "hacerle sufrir".
Se destetó solo, progresivamente con casi 6 años, y cuando se destetó empezó una etapa mucho mas dificil en su vida, se dió cuenta que no había "chupete". Mamá y papá estaban allí y disponibles, pero no todo era igual.
uff, vaya, me tengo que ir
seguid plissssssssss
Evidentemente, no le ofrezco el pecho ante un dolor, caida o frustración, pero si cuando estoy amparando me la pide, pues si, se la doy, ella sabrá lo que necesita, no?
Lo cierto es que Africa ya no me la pide casi nunca (cumplirá los 5 este mes), pero Mara con 21 meses me la pide casi siempre, llora un poco (a veces algo mas) y siempre llega un m
siempre llega un momento que la coge o la pide... Evidentemente, lo veo como algo madurativo...
En ese período Laura Gutman comienza a hablar de los separadores emocionales (padres hombres u otra persona) que ayuda a que poco a poco tanto madre como hijo vaya abriendo su campo.
Ofrecer pecho para mi hijo cuando era pequeño me ha supuesto a veces esa sensación de que le estaba tapando la boca. Pero a veces ni con la teta se consolaba y entonces lloraba. He visto o me he visto diciendole al niño que cuando dejara de llorar le daría la teta , e inmediatamente el niño dejaba de llorar para poder chupar . Le estaba condicionando y deje de hacerlo de esa manera.
Es un cambio para nosotras también ,como con los años se van abriendo al mundo y nuestra necesidad de estar tranquilas protegiendoles está ahi, fuertemente anclada y igual que ellos van dando pasos hacia la autonomía , nosotras también tenemos ese camino por recorrer. La cuestión es si vamos delante de ellos anticipando cuando no están preparados, detrás de ellos con actitudes que no responden a su necesidad actual , o lo mejor creo yo a la par del momento presente, con sus avances y retrocesos. El baile de la vida.
Y con respecto al tema planteado por Marta, a mi me pasó con el sueño del Davi ,ahora con 9 años , lo despeté una noche para entrar en casa ( serían las doce) entró en un sueño despierto, caminaba por la casa como buscando algo, con cara de irritación, disgusto , desorientado. Me costó mantener la calma pero lo conseguí y al cabo de unos minutos llegó a su cama a dormir. Uff!
A mi hijo le cuesta llorar, creo que en esto no solo ha influido mis posibles errores a la hora de acompañarlo o no en su frustración , sino que quiero compartir esta responsabilidad con la sociedad en la que vivimos ,que no permite con los años que esto suceda...
Besos
Me quede pensando en si habría algo más que pudiera contarte sobre este tema. Y la respuesta creo que me la ha dado mi niño.
Cuando mi niño tenía 2 años empece con un grupo de crianza y una de las cosas que me dijeron era esa, que la teta taponaba la frustración. Me dijeron cual era el libro y me lo leí. Que era bueno dejarles llorar. Yo no estaba muy convencida, la teta no solo es comida, es afecto, y es más cosas algunas de las cuales ni siquiera sabemos. Mi niño que sigue tomando teta, y sigue diciendo que es lo mejor del mundo y yo lo miro y me sigo preguntando ¿como sabe la teta que nutrientes quiere y cuales no? la magia de la teta.
Sabes lo que quiero decir verdad? . En fin que me estoy iendo por los cerros.
Probamos y mi niño, cambiaba la frustración de lo que fuera a porque no le daba teta. Era horrible, lloraba, lloraba.... se ponía rojo, gritaba, daba patadas, porque no le daba teta. Una vez se quedo dormido llorando, sin fuerzas para llorar más y cuando se desperto siguió diciendo que porque no le daba teta... su tetita. hasta ahí, creo que fueron dos, tres días.
Empecé a seguir los otros consejos, sobre todo el de abrazarlo de forma distinta
para que no piense en meterse la teta en la boca. Yo pongo su espalda contra mi pecho y le abrazo así. El de no ofrecer, ya lo hacíamos.
Ayer llegó su tía con una amiga a vernos. Esta mañana cuando nos hemos levantado él quería jugar con su tía y que esta se despertara, mi hermana de toda la vida ha despertado muy despacio. así que imagina la escena. Yo sentada en el salón todo el tiempo. La tía durmiendo, se acerca a su habitación y abre la puerta, la cierra. Se acerca a mí y dice es que no se despierta... llora, chupito. Se acerca la puerta, abre, y la deja abierta, se queda esperando a que se mueva a mi lado. Mamá no se despierta, llora. Le digo tírale un beso. Se acerca, le tira un beso. nada, llora. Unos diez- quince minutos después mi hermana se despierta, y mi niño le pide jugar. Primero, hay que desayunar.... le dice. LLora y dice vale.
Mi niño tiene ahora cuatro años, y tiene recursos que antes no tenía. Habla más, y corre, (suele salir corriendo si está muy frustrado), grita. Y está más maduro. Antes taponaba muchas más cosas, cada vez tapona menos. Y yo soy capaz de acompañarle mejor en su frustración. Ahora me pide menos la teta, pero nunca se la niego, por eso, porque mi niño, cambiaba de tema de frustración.
Una de las cosas que recuerdo tambien, es que acababa de leer un libro de los wild, no me digas cual, en el que se hablaba de las necesidades. ¿Quien es nadie para saber lo que yo necesito? ¿Quien soy yo para saber lo que necesita mi niño? Direis que soy su madre. Si, lo soy, pero también he de reconocer que el es una persona independiente. Y también he de escuchar su opinión.
Pero está es mi historia, y la de mi niño, y lo que nos funciona a nosotros, no es lo mismo que le funciona a la autora del libro y no tiene porque ser lo que te funciona a tí.
No creo que la maduración emocional del niño, dependa de que le tapones o no la frustración ahora, me parece correcto y necesario que te plantees como ayudar a tu hijo a manejar la frustración, pero sinceramente creo como te dije que la decisión final es tuya, y de tu niño.
Ya nos contarás...
Yo me leí hace unos años a A. Solter, y me encanto, y sentí también mucho no haberla leído y escuchado antes (estuve en una charla de un día que dio hace unos años en Guadalajara).
Di de mamar a Aaron hasta los tres años y a partir de ahí hable con el para dejarlo porque yo no podía mas, ya hacia tiempo que no podía pero a pesar de ello me parecía tan importante que fui aguantando hasta esa fecha que ya no pude mas, y me pareció que le podía ser mas perjudicial que beneficioso, debido a que mi estado emocional no me acompañaba, ya había dado de si todo lo que podía.
Al escuchar a Aleta me di cuenta que había habido ocasiones que yo había tapado la necesidad de desahogo con la teta y eso ocasionaba mas tarde la explosión.
Hoy hablandolo con mi hermana comentábamos (su niña tiene 3 años) que hay ocasiones en que la teta les ayuda pero en otras no, en esas es mejor que desahogen.
Yo ahora veo que llorar a mi hijo le hace bien, eso si, acompañado. Al igual que en muchas ocasiones yo me desahogo hablando, lloro, y ya el problema que tenia pasa como si no hubiera existido.
Es que si hablamos de mamar o no, suena algo como exagerado y yo tampoco sé si es el mejor ejemplo, pero si en su lugar ponemos chupete, morderse las uñas, chuparse el pulgar, comer, ver tele, maquinitas varias....
Si mi hijo pidiera tele a gritos cada vez que está disgustado o tras cada golpe ¿nos parecería bien? ("el sabrá lo que necesita") o no tanto.
Naturalmente que yo creo en la autorregulación por tanto en una situación normal, no condicionada (este condicionamiento es lo que A. Solter llama pauta de control) creo que sí un niño sabe mejor lo que necesita y nuestra intervención es innecesaria, pero si yo por ejemplo le enseño desde el nacimiento que para calmarse y estar bien necesita abrazarse a mi camiseta y el crece con esta idea en poco tiempo chillará cada vez que no encuentre este trapo a mano. Y lo mismo ocurre con chupetes que no existen en la naturaleza y sin embargo si vemos a algunos niños desconsolados cuando no lo pueden chupar pareciera que han nacido con ellos.
voy a buscar el libro, que también tengo ganas de conocerlo y a ver si en un mes comentamos mas cosas de él.
Sobre el tema de la teta, me parece una forma más de dar y recibir cariño, de dar y recibir placer. Yo soy partidario de la lactancia a demanda y el destete natural; a mí me resulta muy fácil, pues no tengo teta que dar, por eso creo que es una decisión que atañe a las madres y a su relación con sus hij@s, y que hay que respetar esa decisión, por que la lactancia es algo que debe dar placer a ambos - no creo que sea beneficioso para nadie una madre dando el pecho descontenta y a regañadientes. Lo fundamental es que la lactancia es un vínculo afectivo y una expresión (por parte de madre e hij@) de amor y sensualidad (una forma sin duda privilegiada que aúna necesidades básicas como el cariño y el alimento)
Sobre el tema de los llantos, no entiendo, por ejemplo, por qué cogerles en brazos sí y mecerles no. No veo nada muy científico en eso, ¿por qué está ahí el límite?, ¿por qué un límite? Yo entiendo que no se deben negar los sentimientos de nuestros hijos, que hay que ayudarles a reconocer sus emociones y que no hay nada malo en expresarlas. Si el pecho es una forma de control, ¿porqué los brazos no? ¿e incluso la compañía? ¿no puede ser la necesidad de estar acompañado - además por algún progenitor - una pauta de control? ¿o el contacto físico? ¿y la soledad? En mi humilde opinión, cualquier conducta puede funcionar como pauta de control. Creo que es muy importante ser conscientes de que podemos caer en "tapar la boca" de nuestros hijos cuando van a expresar sentimientos para evitarlo, pero no creo que exista un método para ello (desconfío mucho de los métodos) y desde luego el acompañar en silencio ofreciendo brazos, sin acariciar ni mecer, ni dar pecho, ni besar, me resulta arbitrario y muy artificial, especialmente en el caso de un bebé.
He conocido y experimentado una forma de llanto exponencial que nos lleva cada vez a una mayor frustración y ansiedad y que no tiene visos de aliviar ningún dolor concreto, sino de negativizar cualquier aspecto de la realidad que se nos pase por la mente y llevarnos de la pena al pánico y que acaba en un agotamiento desolador que le deja a uno vacío por dentro - de verdad que no vi nada de reparador en ello. Seguro que hay un núcleo traumático y primal que superar y que ese llanto es manifestación de su existencia, pero, en mi caso, el llanto no resulta ser ni el alivio ni la solución. Creo que uno llora casi siempre buscando consuelo, uno llora de alguna manera siempre para otro.
El llanto reparador, de alegría o de tristeza, no suele ser un llanto violento y creo que a nadie puede hacerle mal que en esos momentos otro empatice con nosotros, nos hable con verdadero cariño, nos acaricie, nos bese, nos meza y, por qué no, nos ofrezca un trago o un bocado... siempre podemos rehusarlo. Creo firmemente que l@s niñ@s, también.
Gracias a tod@s
(Yo también después de un desencuentro fuerte entre mis chicos, de un llanto largo, de una rabieta, o de una explosión de rabia, me quedo agotada y vacía, sobre todo cuándo me sobrepaso intentando contener...a veces me doy cuenta y me retiro, a veces no).
Los dos han "tirado" muchísimo, me refiero a que ha habido temporadas en las que prácticamente los tenía todo el día enchufados a mi. Y por supuesto todo el entorno te da su opinión: que ya son mayores y tienen que comer de todo, que no les estás permitiendo madurar... supongo que os suena. Busqué un montón de bibliografía, y me cuestioné un montón de veces y mi conclusión a estas alturas es que es una relación entre la madre y el niño (el si dar o no el pecho) pero el entorno también es muy importante, ¿en qué sentido?, me explico.
Como hablo muchas veces con una amiga que escribe mucho por aquí, antes vivían todos juntos, mayores y pequeños, se convivía muchísimo más, entonces la madre no era tan "imprescindible". Pero hoy en día las relaciones se reducen casi exclusivamente al ámbito familia nuclear (mamá prácticamente todo el día, y papá en la medida que puede, y de vez en cuando algún que otro familiar). Entonces cuando los peques (y no tan peques) tienen alguna necesidad a quién recurren, pues a mamá que es la que normalmente siempre está accesible. He comprobado que cuando los niños están teniendo experiencias enriquecedoras para ellos (ayer mismo) no necesitan tanto la teta. Y con esto quiero decir que los que están con nosotras si tienen una actitud más activa en la crianza, no limitarse sólo a solventar las peticiones, sino a participar, a proponer...los más peques reparten sus peticiones, no las dirigen siempre hacia la misma persona y el resultado es que el camino es más llevadero.
Creo que me he enrollado pero así ha salido. Y para resumir personalmente después de cuestionarme muchísimo y de escuchar una frase de alguien de La Serrada ("está bien que la madre de la teta pero no que esté hasta las tetas") he decidido dejarme fluir y actúo en cada momento. Si mi peque demanda teta se la doy, pero si ese día estoy muy cansada o más sensible o ha estado todo el día mamando (que sigue ocurriendo) intento negociarlo con él, ¿cómo? simplemente expresándole cómo me siento yo y llegando a un acuerdo (muchas veces es "ya lo sé mami, pero yo lo necesito", pero el resultado es que no mama tanto, quiero creer que porque me ha entendido).
"(...) Con frecuencia confundimos nuestras necesidades con el cuidado del niño, y proyectamos estas necesidades en el pequeño. (...) todos estamos alguna vez convencidos de que sabemos lo que es mejor para el niño pero es más probable de que se trate de nuestras propias necesidades. Nuestras emociones y pensamientos internos son potentes y pueden cegarnos e impedirnos ver el camino del niño, si imponemos nuestra visión en su vida, el niño dudará de nuestro amor.
Se pueden reconcer fácilmente estas situaciones, como cuándo uno está disgustado con el niño, motivado por una fuerte voluntad de obligarle a hacer lo que uno cree que es lo correcto. La palabra "debería" suele ser parte de nuestra queja, "debería ordenarse la habitación", "debería acabarse la cena", "debería aprender a no interrumpir", "debería cortarse el pelo". Todas estas expectativas representan lo que ustéd necesita que haga su hijo según su "película". Tiene poco que ver con lo que es mejor para él. Para conocer al niño, escúchele.
Dedique tiempo a aislarse para estudiar sus pensamientos y distinguir entre su necesidad y la del niño. Una vez tenga claro de quién es la necesidad que le impulsa, sea honesto.
Puede decir "necesito que la habitación esté ordenada", puede pedir ayuda al niño, y si se siente realmente libre para elegir, probablemente dirá que "no", hasta que a veces, tal vez se preste para ayudar. Si no ofrece su ayuda, usted puede ordenar la habitación, dejarla desordenada, o llegar a un acuerdo que sea bueno para ambos.
Puede ir un paso más lejos y comprobar su sinceridad. En este ejemplo, puede que tenga la idea de que las habitaciones de los niños deben estar ordenadas, la idea de que no es un buen padre si la habitación de su hijo es un desorden, o la idea de que en las demás casas se mantiene el orden. Si examina estas ideas en busca de relevancia y verdad, puede encontrarse en paz con el niño o puede disfrutar ordenando la habitación para satisfacer su propia necesidad.
El niño se sentira conectado y amado cuándo sea usted claro respecto a sus necesidades y cuándo evite controlarle o enseñarle como debe ser. "
Capítulo: "Distinguir sus necesidades de las del niño", Naomí Aldort, "Raising our children, rainsing ourselves", ediciones Medici.
Supongo que os habeis dado cuenta que si el niño está entretenido con gente ni se acuerda de mamar tanto, que cuando está solo con la madre en largas horas de invierno y la tiene a mano. (bueno , hablo de los mayorcitos que siguen mamando, no de los bebes bebes)
El mío se destetó del todo curiosamente en un viaje a la nieve, cuando pasamos tiempo fuera, de mañana a noche en anorak y llegabamos reventados. ¿casualidad?
Gracias Marta por los fragmentos. Me gusta esta frase:
"Dedique tiempo a aislarse para estudiar sus pensamientos y distinguir entre su necesidad y la del niño. Una vez tenga claro de quién es la necesidad que le impulsa, sea honesto."
Releyendo el hilo me voy dando cuenta que la edad sí que importa, y no es lo mismo un bebé que un preadolescente ;-) como el mío, que ni lo puedo ya cargar en brazos.
Pero tenemos que pensar que la lactancia no dura toda la vida y un día habrá que sostener sin dar de mamar.
Desde la complacencia siempre.
¡Puede haber tanta diferencia entre abrazar y abrazar!
entre mecer y mecer,
entre coger en brazos y coger en brazos.
porque no se trata de dogmatismos, sino de ver la esencia de esta idea.
Llorar y rabiar no son expresiones de mala educación , ni comportamientos a corregir, son expresiones de sentimientos muy importantes para la salud mental de las personas.
Hay gente que se vuelve loca con tal que el niño deje de llorar.(¿pasearlo en coche a medianoche hasta que se duerma? dormirlo en el carrito agitandolo durante horas hasta reventar los amortiguadores, amenazarlo, chantajearlo, comprarlo etc etc) Simplemente porque no aceptamos ni los llantos ni las rabietas, pero los niños tienen verdaderas razones para llorar, tan serias como las nuestras o más.
¿el límite?
A mi no me resulta tan dificil.
te abrazo porque te amo y quiero ayudarte a superar este dolor, PARA QUE NO SUFRAS, o te abrazo PARA QUE NO LLORES, porque me molesta mucho oirte llorar, se me revuelven las tripas cuando no paras de llorar a pesar de que esté contigo y por ti. Me pongo nerviosa porque tu pataleta es un comportamiento que no entiendo y me frustra o quiero entenderte, apoyarte y amarte hagas lo que hagas, seas como seas y te acepto y amo tus pies pataleando y tus lágrimas y estoy a tu disposición para lo que me necesites.
Si estas fatal fatal y solo quieres llorar y vas a buscar a un amigo para que te ayude y el te dice: "no llores, hombre, vanga", y te distrae diciendo que que bonito el pajarito, cucú, y se esconde y vuelve a salir cucú
uff, no sé a mi no me gustaría nada de nada.
Pero bueno, eso son gustos, supongo. De todos modos nuestra actitud es lo que ellos perciben, no nos engañemos. Ellos perciben las cosas como son de verdad. Por eso no creo que un niño verdaderamente amado tenga carencia de ningún tipo por "no conocer los padres el método óptimo".
Pero es cierto que la vida puede resultar mucho más fácil, incluso muy placentera con los niños si aprendemos qué es lo natural y que no en sus vidas. Somos una generación de padres que tendremos que aprender algunas cosas sobre la crianza de los libros :-<
El ejemplo de ponerse siempre en la edad del adulto (y tener claro que todos somos personas, en distinto proceso de aprendizaje), y ver si nos gustaría que nos hiciesen lo que nosotros les hacemos, es la base!. =D>
Por eso decía que era distinto dejar de dejar. Pero es cierto, también es distinto mecer de mecer.
Lo importante es <<te abrazo porque te amo y quiero ayudarte a superar este dolor, PARA QUE NO SUFRAS, o te abrazo PARA QUE NO LLORES, porque me molesta mucho oirte llorar...>>; está genial expresado, y dónde dice abrazar podemos poner muchas otras cosas, creo.
Por eso desconfío de los métodos; hay algo en la idea de método, que implica "receta que puede aplicarse automáticamente para obtener un resultado previsto"... y evidentemente no es eso, nunca es eso...
Qué bueno es poder pensar con otros, gracias.
Nunca me convenció del todo estas afirmaciones pro-Gonzalez que promocionan la teta todopoderosa que ha de estar disponible en todas las ocasiones, no sabía por qué me chirriaba ese concepto. Después de mi experiencia reichiana y leer a A.Solter, lo veo tan cristalino que no entiendo por qué he tardado tanto en comprender.
El prisma con el que miramos a nuestros hijos y sus actos, ese es el tema. Vivimos en un mundo tan esquematizado en el que la mirada siempre tiene como protagonista la funcionalidad en todo: la teta para consolar, el colecho para dar seguridad, el porteo para un buen vínculo... Todas las dudas que tenemos y nos quitan el sueño respecto a nuestros hijos tienen que ver con su salud emocional. No sabemos dejarnos llevar por nuestro instinto sin más, tenemos en la trastienda del cerebro todos esos mensajes, consejos y artículos, estudios, afirmaciones, debates y opiniones. Eso genera mucho ruído en nuestro alma materna, no podemos centrarnos en la esencia: estar disponible para nuestros hijos, sin más preocupaciones de si hacemos bien o mal en dar teta o abrazar o mecer. Si escuchamos nuestro interior, resulta que a veces mecemos y otras no, en ocasiones ofrecemos la teta y en otras acompañamos el llanto. Nuestros hijos son nuestro fruto, y por tanto tampoco fluye en ellos libremente la expresión de las emociones, sino vivimos con constantes interferencias.
Tengo dos historias de lactancias tan diferentes como el color del pelo distinto de mis hijos (el tan moreno y ella tan rubia). Al final ambos han recibido de su lactancia respectiva lo que necesitaban, a uno le duró más de 6 años y a otra 2 años y medio. Me satisface mucho saber que ha valido la pena todo lo que he peleado para superar mis propios fantasmas y poder ofrecer a mis hijos una relación más sana con su propio cuerpo y con su madre que yo.
Pero lo más valioso que he aprendido en este tiempo es diferenciar cuándo hay interferencias del entorno tanto para mi como para ellos (mensajes, publicidad, comentarios dañinos...) y cuando sus peticiones implican la búsqueda de placer. PLACER, eso es lo que aprendí con los reichianos. Nuestro mundo está muy mal, todo lo que produce placer se reprime y muchos adultos tienen verdadero temor a que un niño haga algo con placer. La expresión de las emociones forma parte de lo mismo, y voy a poner un simil un poco escatologico para que se entienda lo que quiero decir:
llorar es como defecar jajaja, si reprimes las ganas de ir de vientre, luego no puedes disfrutar de la comida porque te duele la barriga o al menos, sientes malestar. Si las heces se quedan dentro, el cuerpo absorve toxinas que debería eleminar defecando.
Algo parecido ocurre con el llanto. Es importante que se libere la tensión, la frustración, que haga sitio para lo siguiente.
¿Véis? Pensamiento centrado en la funcionalidad, no nos libramos de eso...
os agradezco mucho estar aportando tantas verdades. Ojalá está aldea fuera real. 8->
(Carmen visitanos más. Siempre pones el foco por el lado invisible :-bd )
... las investigaciones científicas al respecto han dado la razón al deseo materno que, ante el llanto de la criatura, busca darle consuleo, cogiéndola en brazos y ofreciéndole el pecho.
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No se puede justificar el dejar llorar a una criatura, ni por la antigua creencia de que servía para "hacer pulmones", ni por la moderna que pretende convencernos de que es una vía saludable de desahogo (que es como confundir una herida con la bala que la produce).
Sigo creyendo que si, que a veces el bebé necesita llorar acompañado. Pero esto no se puede aplicar como método, nada se puede aplicar como método, porque entonces no estamos dejando fluir nuestro impulso. Una madre conectada con su bebé sabe lo que hay que hacer, así de fácil. Por lo tanto hay que llegar a esa conexión y no buscar recetas.
Me duele lo mismo ver a una madre acompañar a su bebé llorando cuando en realidad está reclamando pecho y ya no sabe ni cómo expresarlo, como la que le mece sin parar para que se calle, o le pone un chupete. Con lo facil que es en realidad, y lo mucho que lo complicamos...
y por cierto, a veces ocurre que uno puede asegurar hoy algo y a poco tiempo estas verdades y certezas se las tiene que comer con patatas. Si repasamos el hilo habrá ejemplos para comprobarlo, que basta decir algo para que la vida se encargue a demostrarnos que no podemos estar seguros de nada.
Con la primera pecho y consuelo eran una sola cosa. Cada niño te dice lo que quiere, la capacidad q tenemos q desarrollar nosotras las madres es la de entender, de escuchar y no la de decidir.
Si Milada, poquito a poco porque no es fácil deshacer lo que hemos interiorizado durante tanto tiempo.